Los niños y niñas y la pandemia

Mas allá de las cuestiones relativas a la propia enfermedad, el SARS-CoV-2 y la pandemia han dejado en evidencia múltiples aspectos sociales que en mi opinión necesitan ser analizados en perspectiva. No es este el objetivo de este texto, pero si que vamos a poner el foco unos minutos en un colectivo particular: los niños y niñas.

La situación de pandemia por la COVID-19 y las medidas estrictas de confinamiento han tenido un importante impacto en la población escolar, que es la que ha vivido las mayores restricciones. La infraestructura del hogar se ha mostrado como un claro diferenciador que ahonda en las desigualdades sociales y el impacto que la situación tiene en los escolares (1).

Desde el comienzo de la crisis sanitaria los niños han visto alterado su modo de vida y se han adaptado a las restricciones. Una de las primeras normas que se aplicó en Marzo de 2020 fue prohibir el acceso a los parques públicos, antes incluso de obligar al uso de la mascarilla. Poco a poco se fue aplanando la curva y aumentando el conocimiento respecto a la COVID, y uno de los datos más determinantes para el control de la pandemia ha sido identificar su vía de transmisión principal: el aire.

Teniendo esto presente, y a la luz de los distintos estudios que concluyen el rol residual del contacto en la transmisión del virus (3), parece lógico pensar que las medidas de salud pública se orientarían en este sentido. Sin embargo, los reales decretos y normativas que se publicaron para controlar la pandemia con frecuencia no se han actualizado al ritmo de las evidencias, y esto ha dado lugar a parques al aire libre cerrados durante meses, miles de euros gastados en “desinfectar” una vez al día los columpios etc. Esta situación además ha generado inequidades entre los niños que en la misma zona podían o no acceder a parques en función de si disponían acceso a espacios privados.

Otro aspecto ampliamente debatido por la sociedad es la conveniencia de mantener la actividad escolar, o interrumpirla. La reapertura de los centros escolares parece que si que se ha podido relacionar con la incidencia de infección por SARS-CoV-2 en alguna comunidad y la infección en los colegios, pero la falta de datos dificulta el análisis preciso de esta cuestión (4). A falta de evidencia empírica, son varias las voces académicas que se pronuncian a favor de mantener los centros escolares abiertos sin restricciones (5), no obstante en España esta apertura se ha visto supeditada a protocolos y normativas regionales que incluían uso extensivo de gel hidroalcohólico y mascarillas, modificaciones en los horarios y flujos de acceso, cambio de rutinas etc. Pese a que el CSIC publico una detallada guía sobre ventilación eficaz en las aulas (6), son muchas las Comunidades Autónomas que no incluyen en sus protocolos estas recomendaciones o lo hacen de manera imprecisa. Se ha hecho mucho hincapié en el gel hidroalcohólico (lo cual ya ha dado lugar a efectos adversos, como un aumento de 7 veces en las exposiciones oculares relacionadas con el desinfectante de manos a base de alcohol en niños en comparación con 2019, reportándose en algunos centros que el 13% de los pacientes requirieron cirugía por lesiones graves) (7) y poco en la ventilación cruzada, continua y distribuida de las aulas.

Que las evidencias científicas informen las decisiones políticas influye en los resultados de las políticas de salud, y por tanto en la salud de las personas. ¿Pero qué opina la población? En el informe de resultados de la segunda encuesta de Espacov (Estudio social sobre la pandemia de la COVID-19) realizado por IESA-CSIC (8) se destaca un aspecto interesante para lo que estamos comentando: que esta es una crisis sanitaria que se vive en clave política.

Por tanto parece necesario que las decisiones políticas que se tomen en materia de salud pública, y más especialmente en el contexto de las crisis sanitarias estén bien argumentadas y se expliquen adecuadamente a la población. Medidas adoptadas de manera heterogénea, sin evidencias científicas y sin respaldo epidemiológico como el cierre de los parques infantiles pueden menoscabar la confianza de la ciudadanía por ser consideradas absurdas o mero instrumento de confrontación (especialmente cuando Gobierno central, regional y local son de distintos colores).

Cuando las medidas que se dictan tienen un impacto económico directo, o interfieren en el estilo de vida de la población adulta las protestas sociales no se hacen esperar (como ha sucedido con el cierre de la hostelería), sin embargo cuando han afectado a los niños no ha sido así. No obstante no podemos olvidar el impacto de estas restricciones en los escolares, cuando perciben que su ocio esta prohibido pero el de los adultos no, cuando los adultos retiran los precintos policiales de los columpios, minimizando el mensaje persuasivo que habitualmente tienen estos dispositivos o cuando los niños que viven en una urbanización pueden jugar en su parque y los demás no.

No olvidemos que la OMS dicta que “Los niños representan el futuro, y su crecimiento y desarrollo saludable deben ser una de las máximas prioridades para todas las sociedades”.

  1. Tíscar-González V, Santiago-Garín J, Moreno-Casbas T, Zorrilla-Martínez I, Nonide-Robles M, Portuondo-Jiménez J. Percepciones y vivencias de escolares de 7 a 8 años del País Vasco durante la alerta sanitaria COVID-19.Gac Sanit. 2020 Dec 17:S0213-9111(20)30252-1. doi: 10.1016/j.gaceta.2020.11.006. [acceso: 21/02/2021].
  2. 2-Santillán García A. Consideraciones sobre el cierre de parques infantiles para frenar la transmisión de la COVID-19. Rev Iber Enf Com. 2020. Disponible en http://enfermeriacomunitaria.org/web/attachments/article/2541/RIdEC-v13-n2%20-%20Cartas%20a%20la%20Direcci%C3%B3n.pdf [acceso: 21/02/2021].
  3. Coronavirus is in the air, there’s too much focus on surfaces. Nature. 2021;590(7844):7-7. https://doi.org/10.1038/d41586-021-00277-8 [acceso: 20/02/2021].
  4. Garcia-Alamino JM, Tobías A. Incidencia de infección por SARS-CoV-2 en la comunidad y su impacto en la primera semana de reapertura de colegios en Cataluña. Gac Sanit. 2020 Oct 13:S0213-9111(20)30226-0. Spanish. doi: 10.1016/j.gaceta.2020.09.007.
  5. Walger P, Heininger U, Knuf M, Exner M, Popp W, Fischbach T, Trapp S, Hübner J, Herr C, Simon A; German Society for Hospital Hygiene (DGKH); German Society for Pediatric Infectious Diseases (DGPI); German Academy for Pediatric and Adolescent Medicine (DAKJ); Society of Hygiene, Environmental and Public Health Sciences (GHUP); Professional Association of Pediatricians in Germany (bvkj e.V.). Children and adolescents in the CoVid-19 pandemic: Schools and daycare centers are to be opened again without restrictions. The protection of teachers, educators, carers and parents and the general hygiene rules do not conflict with this. GMS Hyg Infect Control. 2020 May 28;15:Doc11. doi: 10.3205/dgkh000346. [acceso: 20/02/2021].
  6. Minguillón MC, Querol X, Felisi JM, Garrido T. Guía para ventilación de las aulas. CSIC 2020. Disponible en https://digital.csic.es/handle/10261/221538 [acceso: 21/02/2021].
  7. Martin GC, Le Roux G, Guindolet D, et al. Pediatric Eye Injuries by Hydroalcoholic Gel in the Context of the Coronavirus Disease 2019 Pandemic. JAMA Ophthalmol. Published online January 21, 2021. doi:10.1001/jamaophthalmol.2020.6346 [acceso: 21/02/2021].
  8. ESPACOV II. Estudio Social sobre la Pandemia COVID-19. CSIC 2021. Disponible en https://www.csic.es/sites/default/files/espacov_ii.pdf [acceso: 21/02/2021].
  9. Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente (2016-2030). OMS 2016. Disponible en https://www.who.int/topics/child_health/es/ [acceso: 21/02/2021].
Azucena Santillán-García (RN, MSc, PhD). Editora asociada de Gaceta Sanitaria.