¿Es necesaria la especialidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente?

¿Es necesaria la especialidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente? Probablemente esta será una pregunta que se formule, en su reunión de estos días, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Los profesionales que hemos dedicado nuestra actividad asistencial a las personas menores de 18 años que sufren trastornos mentales, sabemos que sí es necesaria la especialización, que esta especialidad existe desde hace muchos años en todos los países de nuestro entorno excepto en Estonia y Rumanía, y lo mismo sucede en países más lejanos como Australia y los países del continente americano.

Sabemos también que el Gobierno e incluso el Consejo Interterritorial consideran que la especialidad es necesaria. De hecho, hasta no hace mucho existía un Real Decreto que contemplaba la troncalidad y con ella la especialidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, decreto que fue anulado por el Tribunal Supremo por no contar con la correspondiente memoria económica.

¿Tienen o no problemas de salud mental los niños y adolescentes españoles?

Desde hace muchos años se conocen estudios epidemiológicos que ponen de manifiesto que entre un 10 y un 20 % de la población menor de edad presenta patología psíquica que requiere de intervención terapéutica especializada. Una parte de esta patología es específica de la población infantil y adolescente y otra es común con la patología observada en los adultos.

Sabemos también que los síntomas expresados por la patología psíquica que los niños y adolescentes tienen en común con los adultos, es diferente en los diversos grupos de edad, lo que puede dificultar su diagnóstico y por lo tanto el adecuado tratamiento.

La intervención terapéutica en los menores incluye, por su importancia, la intervención con la familia y también con la escuela, que son sus lugares de socialización, lo que suele llevar consigo la necesidad de tiempo de dedicación y de conocimientos específicos.

Observamos la aparición de nuevos trastornos que presentan los niños y adolescentes como resultado de los cambios sociales a los que estamos asistiendo: el uso de nuevas tecnologías, las manifestaciones conductuales derivadas de los cambios educativos en el medio familiar y escolar, la presencia cada vez más prevalente del “bullying”, etc.

También detectamos situaciones de riesgo que viven los niños y adolescentes y que siempre han requerido atención pero que no siempre se le ha prestado. Son aquellas derivadas de las circunstancias de abandono, malos tratos, divorcios parentales conflictivos, adopciones, etc.

Constatamos cada día el incremento de la solicitud de consulta derivada del pediatra de atención primaria, que se ve desbordado para prestar atención a problemas de salud mental que en numerosas ocasiones requieren un tiempo que no tienen y que su atención puede contribuir al desarrollo de adultos con una mayor estabilidad mental.

La aplicación, en muchos casos, de los presupuestos y patrones de tratamiento característicos de la población adulta, tampoco facilita una respuesta asistencial adecuada y observamos un notable incremento de la utilización de medicamentos para dar respuesta a los problemas que se presentan.

La ausencia de la especialidad también determina que la oferta de plazas no esté perfilada, requiriendo conocimientos específicos para el tratamiento de niños y adolescentes, porque mientras no exista la especialidad podría resultar ilegal el perfilarla y podría dar lugar a reclamaciones que ya hemos vivido.

Ante toda esta situación las Juntas Directivas de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (AEPNYA) y de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (SEPYPNA) acaban de publicar y remitir a sus socios un comunicado para el que solicitan la mayor difusión posible. Se puede encontrar en el siguiente link: http://www.sepypna.com/noticias/2017-06-20-especialidad-de-psiquiatria-del-nino-y-del-adolescente/

 

María Dolores Domínguez Santos

Sociedad Española de Epidemiología Psiquiátrica (SEEP) y Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (AEPNyA)