LA NECESIDAD DE UN REGISTRO DE LA CONDUCTA SUICIDA

A pesar de la gravedad y frecuencia tanto del suicidio consumado como de los intentos de suicidio, la calidad y disponibilidad de las estadísticas oficiales de suicidio en todo el mundo es insuficiente. El problema más importante que influye en la fiabilidad y validez de dichas cifras es la sub-notificación y la clasificación errónea de los casos de suicidio consumado. Teniendo en cuenta esta circunstancia, la cifra de 800.000 muertes por suicidio en el mundo según indicó la OMS en 2018 podría ser aún mayor.

Ya que la evidencia científica apunta a que el suicidio se puede prevenir sería muy importante disponer de estadísticas válidas y fiables para tener un conocimiento real del problema y así desarrollar estrategias de prevención e intervención eficaces. Además, sería de gran utilidad contar con información sobre el seguimiento y la evolución de las personas que presentan intentos de suicidio, ya que es el principal factor de riesgo del suicidio consumado.

Por lo planteado anteriormente, el registro sistemático y coordinado de la conducta suicida podría ser un instrumento muy útil para conocer con exactitud la verdadera dimensión del problema. Este registro estaría constituido por fuentes de información primarias relacionadas con las defunciones violentas (certificados de defunción, informes médico-forense y del juez de instrucción y registros civiles). Además, para los intentos de suicidio habría que incluir fuentes de información sanitarias (urgencias hospitalarias, extrahospitalarias, centros de salud mental, atención primaria) y otras instituciones susceptibles que las personas con comportamiento suicida pueda acudir (servicios sociales, p.ej.). Una propuesta de un registro de conducta suicida en sus dos vertientes (consumado y tentativa) supondría la recogida exhaustiva de datos, a través de fuentes de información fiables y el desarrollo de un sistema común de identificación, clasificación y categorización de la conducta suicida. Disponer de un registro de la conducta suicida a nivel local supondría un avance en la comprensión de este fenómeno y un paso previo hacia el desarrollo de un sistema nacional de información sobre el comportamiento suicida que permitirá desarrollar posteriormente estudios de intervención sobre esta población.

El suicidio es un fenómeno grave y complejo por lo que es necesario un esfuerzo coordinado de diferentes organismo e instituciones implicadas en este proceso, junto con investigaciones encaminadas a mejorar las calidad y disponibilidad de los datos de suicidio consumado y la puesta en marcha de registros de intentos de suicidio que unifiquen de una forma válida y fiable toda la información disponible. Las estrategias de prevención del suicidio requieren un fortalecimiento de la vigilancia y el seguimiento de los intentos de suicidio ya que se trata de una de las principales causas de muerte externa evitable.

BERTA MORENO KÜSTNER

Profesora titular Departamento de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico.

Sociedad española de epidemiología psiquiátrica (SEEP)