Mensajes sobre alimentación y salud: mitificación, falta de evidencias y escepticismo

La alimentación es probablemente uno de los ámbitos de conocimiento más poblados por mitos e ideas que van más allá del saber científico y, a la vez, uno de los asuntos informativos que suscitan más interés en la población. Los temas de alimentación parecen interesar más que los de cultura, medio ambiente, ciencia, deporte, economía y política, y solo se ven superados por los de medicina y salud1. Y, dentro del amplio espectro de asuntos relacionados con la alimentación, que van desde los ambientales a los gastronómicos, pasando por los tecnológicos y nutricionales, los dos temas que más interesan son los efectos de los alimentos en la salud y las ideas y noticias falsas, según una reciente encuesta realizada por el Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra2. Estas preferencias, reforzadas por la constatación en la citada encuesta de que el interés de las personas de todos los niveles educativos es superior al grado de información percibido, indican que la gente tiene un gran apetito de conocimiento no saciado sobre cómo influye lo que come en su salud, a la vez que un notable escepticismo sobre la veracidad de los mensajes que recibe.

El aluvión de mensajes sobre alimentación y salud que se difunden por internet y luego recirculan y se transforman en las redes sociales es ciertamente abrumador y desconcertante. Contra lo que dice el refrán, la mentira tiene las patas largas y se propaga con más rapidez que la verdad, pues las falsedades tienden a ser más novedosas y provocan emociones más fuertes que la verdad, según una sugerente investigación publicada en Science3. El problema está en identificar las fuentes de información fiables y en saber hasta qué punto son ciertos los mensajes sobre alimentación y salud. El proyecto Nutrimedia nació en noviembre de 2017 para evaluar, con una metodología científica, el grado de veracidad de este tipo de mensajes procedentes de noticias, anuncios publicitarios, ideas que circulan por internet y preguntas del público. El impacto mediático del proyecto (84 artículos en prensa escrita y 386 en medios audiovisuales y digitales de España y otros 15 países, contabilizados durante los 18 primeros meses) y las conclusiones sobre la veracidad de los mensajes evaluados muestran, por un lado, el gran interés que suscita la relación de la alimentación con la salud; y, por otro, las relativamente pocas respuestas con un mínimo de certeza que puede ofrecer la ciencia.

Página web de nutrimedia: https://www.upf.edu/web/nutrimedia/

De los 30 mensajes evaluados, a partir de las evidencias de las mejores guías de práctica clínica y revisiones sistemáticas, solo uno fue considerado “cierto” (Danacol reduce el colesterol hasta un 10%) y otro “falso” (el consumo moderado de alcohol es beneficioso para la salud). El resto de los mensajes fueron clasificados como “posiblemente cierto” (13%; 4 de 30); “probablemente cierto” (13%; 4 de 30); “probablemente falso” (10%; 3 de 30), y “posiblemente falso” (7%; 2 de 30). Es remarcable que casi la mitad de los mensajes evaluados (47%; 14 de 30) mereció la etiqueta de “incierto”, pues el grado de certeza de los resultados de la investigación era muy bajo según el sistema GRADE (Grading of Recommendations, Assessment, Development and Evaluation); este sistema es utilizado por la OMS y muchas organizaciones médicas para determinar el grado de certeza (alto, moderado, bajo y muy bajo) de los resultados de la investigación médica. Entre otros mensajes inciertos o dudosos (asociados a resultados de muy bajo grado de certeza), cabe mencionar que el aceite de palma sea perjudicial para la salud, que el chocolate prevenga la enfermedad cardiovascular y que los alimentos ecológicos sean beneficiosos para la salud. 

Tanta incertidumbre no es, en sí misma, ni buena ni mala, sino el reflejo del limitado conocimiento que se tiene sobre muchas de las preguntas que interesan a la gente (12 de los 30 mensajes evaluados eran preguntas del público), de las limitaciones de las herramientas científicas disponibles para responder a esas preguntas y, en fin, de las deficiencias y sesgos en la ejecución de los estudios. Por tanto, el problema no es solo la falta de estudios para dar respuesta a muchas cuestiones, sino también una cierta falta de innovación en los métodos y en el control de calidad de los estudios para mejorar el grado de certeza de los resultados. Aunque se estima que el 26% de las muertes prematuras se debe a factores dietéticos4, esclarecer con detalle este entramado multifactorial es una tarea extremadamente compleja.

La cuestión de si la carne es o no cancerígena puede ser ilustrativa del problema. Esta pregunta fue la que más usuarios de Nutrimedia pidieron que fuera evaluada. La conclusión de la evaluación, basada en resultados con un bajo grado de certeza, fue que la carne es posiblemente cancerígena, lo que implica que probablemente no lo sea, es decir, que nuevos y mejores estudios ofrezcan resultados diferentes a los actuales. La reciente publicación en los Annals of Internal Medicine de cuatro revisiones sistemáticas5,6,7,8 sobre los efectos del consumo de carne en la salud reitera que el grado de certeza es bajo, mientras una quinta revisión sobre los valores y preferencias9 de las personas concluyó que la gente come carne porque le gusta y porque cree que es algo saludable, y que no está dispuesta a cambiar de hábitos. Basándose en estos resultados, los investigadores del Consorcio NutriRECS han publicado también unas recomendaciones dietéticas que sugieren que los adultos pueden seguir comiendo carne en sus niveles actuales con poco o ningún efecto sobre la salud, lo cual ha causado una cierta polémica porque choca con otras guías que recomiendan reducir el consumo de carne.

Pero, al margen del caso concreto de la carne, muchas de las recomendaciones dietéticas de la OMS se basan en evidencias de baja calidad10. Hay, por tanto, serias sospechas de que muchas afirmaciones y recomendaciones de expertos e influentes más o menos autorizados van más allá del conocimiento científico. Los vaivenes dados en el último medio siglo en los mensajes sobre los efectos en la salud del consumo de azúcares, alimentos ricos en colesterol o aceites, por citar algunos de los más sonados, debieran invitar al escepticismo. Lo que muestran las evaluaciones de Nutrimedia es que muchas de las afirmaciones deben hacerse en un condicional cauteloso (más bien un “podría ser” que un “puede ser”), y que buena parte de ellas son dudosas o incluso gratuitas, pues apenas han sido estudiadas. Podría ser que se esté medicalizando la comida o que algunas preguntas no sean las correctas. Pero lo que parece claro es que el interés social por conocer los efectos de los alimentos en la salud es superior a la capacidad de respuesta de la ciencia actual.

Gonzalo Casino. Profesor de periodismo científico de la Universidad Pompeu Fabra y responsable de Transferencia de Conocimiento del Centro Cochrane Iberoamericano.

Referencias

1. FECYT. IX Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología, EPSCYT 2018. Disponible en: https://icono.fecyt.es/informes-y-publicaciones/percepcion-social-de-la-ciencia-y-la-tecnologia-en-espana

2. La información alimentaria: Encuesta y focus group sobre los intereses y hábitos informativos relacionados con la alimentación. Observatorio de la Comunicación Científica, Universidad Pompeu Fabra. 2019

3. Soroush V, Roy, D, Aral, S. The spread of true and false news online. Science. 2018;359(6380):1146-1151. Disponible en: https://science.sciencemag.org/content/359/6380/1146

4. US Burden of Disease Collaborators. The state of US health, 1990-2010: burden of diseases, injuries, and risk factors. JAMA. 2013; 310(6):591-608. Disponible en: https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/1710486

5. Zeraatkar D, Han MH, Guyatt GH, et al. Red and Processed Meat Consumption and Risk for All-Cause Mortality and Cardiometabolic Outcomes: A Systematic Review and Meta-analysis of Cohort Studies. Ann Intern Med. 2019;171(10):703-710. Disponible en: https://annals.org/aim/fullarticle/2752320/red-processed-meat-consumption-risk-all-cause-mortality-cardiometabolic-outcomes

6. Han MH, Zeraatkar D, Guyatt GH, et al. Reduction of Red and Processed Meat Intake and Cancer Mortality and Incidence: A Systematic Review and Meta-analysis of Cohort Studies. Ann Intern Med. 2019;171(10):711-720. Disponible en: https://annals.org/aim/fullarticle/2752321/reduction-red-processed-meat-intake-cancer-mortality-incidence-systematic-review

7.  Zeraatkar D, Johnston B, Bartoszko J, et al. Effect of Lower Versus Higher Red Meat Intake on Cardiometabolic and Cancer Outcomes: A Systematic Review of Randomized Trials. Ann Intern Med. 2019;171(10):721-731.

Disponible en: https://annals.org/aim/fullarticle/2752326/effect-lower-versus-higher-red-meat-intake-cardiometabolic-cancer-outcomes

8.  Vernooij RWM, Zeraatkar D, Han MH, et. Al. Patterns of Red and Processed Meat Consumption and Risk for Cardiometabolic and Cancer Outcomes: A Systematic Review and Meta-analysis of Cohort Studies. Ann Intern Med. 2019;171(10):732-741. Disponible en: https://annals.org/aim/fullarticle/2752327/patterns-red-processed-meat-consumption-risk-cardiometabolic-cancer-outcomes-systematic

9. Valli C, Rabassa M, Johnston B. et al. Health-Related Values and Preferences Regarding Meat Consumption: A Mixed-Methods Systematic Review. Ann Intern Med. 2019;171(10):742-755. Disponible en: https://annals.org/aim/fullarticle/2752328/unprocessed-red-meat-processed-meat-consumption-dietary-guideline-recommendations-from